Leonardo Flamia de Semanario Voces
Un sicario forma parte del capitalismo.
Para él, matar es un fenómeno económico donde la muerte juega la ley de oferta y demanda.”
Si un sicario forma parte de...l capitalismo como dice uno de los personajes de la obra Botón azul ¿Qué decir de dos personajes que cobran un buen sueldo por anticipado para escribir un guión
Justamente sobre dos sicarios? ¿Qué pasa con una creación artística cuando es una mercancía? ¿Y con los artistas cuando se convierten en fuerza de trabajo que se comercializa en el mercado con un tiempo determinado para “producir” su obra? Sobre esa ambigüedad es que parece construirse este nuevo espectáculo de María Dodera. El espectáculo se construye a partir del trabajo de los dos
actores (Nicolás Suárez y Adrián Prego) que a partir de los ensayos y bajo consignas de la directora van creando un texto que se carga de la personalidad de esos actores. Los dos guionistas van narrando las situaciones de esos sicarios imaginarios y por momentos esas situaciones imaginarias se apoderan
de los guionistas que las vivencian...
¿Donde está la frontera para el espectador? ¿De qué sicarios están hablando Suárez-Prego-Dodera? No solamente se enuncia esa situación ambigua entre los personajes guionistas y los sicarios ha “producir”, se expone en el escenario ese doble lugar, que por supuesto tiene una dimensión más cuando nos
ponemos más atrás y como espectador presenciamos el trabajo de dos actores creando a dos personajes que tienen que escribir un guión. Estamos ante un tipo de espectáculo característico de María Dodera, un
Espectáculo generado desde la dramaturgia del actor junto a dos actores que se han destacado en obras de esta directora. La realidad física de los actores construye un texto que también toma de la realidad en que esos actores están inmersos, referencias a “el rambo” son un ejemplo, pero que también toma de la realidad de los sicarios, hasta del origen de la palabra. El puente entre la realidad de los actores y la de los personajes queda trazado, el lugar del espectáculo reúne todo en un mismo plano, allí las cosas y
las representaciones de las cosas aparecen juntas, se cuestionan, se interrogan unas a otras. Naturalmente se integra la música al espectáculo (a partir justamente de que los actores son músicos)
y los espacios se cargan hasta desde un punto de vista sonoro de la personalidad de los intérpretes.
Pero los guionistas sicarios dudan, al menos uno, cuando se afirma: “al fin y al cabo tendría que ser una obra de arte no un simple trabajo, por encargo y por guita, tiene que haber algo más, no ser un simple sicario” y el otro le responde “esto estaba claro desde el principio, todos tenemos un precio y ellos dieron con el nuestro, no me vengas ahora con “artista”” Esa tensión es la que pone en pié al espectáculo, la reflexión sobre el arte atraviesa la propia práctica de los personajes de esta obra mientras las referencias a la violencia de las sociedades contemporáneas la nutre. El otro elemento que atraviesa la obra es la lucha en contra de la soledad, el conformismo final tiene que ver con esa clave,
no envejecer solo. Prego poniéndose el traje gris y contando su final, un final de tener hijos y envejecer con alguien por momentos recuerda a Ewan Mc- Gregor al final de Trainspotting, un final que puede ser un volver al principio, como un eterno descenso.
Botón Azul. Dramaturgia: Nicolás
Suárez y Adrián Prego. Dirección: María
Dodera. Elenco: Nicolás Suárez y
Adrián Prego. Producción: Valeria De
Los Santos.
Funciones: viernes de mayo y junio
A las 21:00 (a partir del viernes 23 de
Mayo). Centro cultural Bosch (Gonzalo
Ramírez 1826).